lunes, 19 de marzo de 2012

NIHIL.



Ser dual como consumidora maquina de producir; plaga de zombies mecánicos, como langostas antropomorfas, despiadadas maquinas de acatar designios ajenos. En los limites de la necedad soberana de sus rutinas calculadas, se encuentran los eternos amantes de la vida muerta, allí donde se pierden los autómatas en sus operaciones tediosas, allí, esperan recoger lo sembrado en siglos de tiranías morales; de su cosecha de mediocridad se alimentan las nuevas generaciones. Y en las lindes mismas del recuerdo al amor por lo hermoso, al punto de casi no existir por olvido de si mismos, están los demonios de la no continuidad, dispuestos a la dinamita como el yunque al martillo; golpearon otrora y llegará el día en que sea de estricta necesidad volver a reventar los goznes de las puertas del infierno.

Ser un hombre inflamable, deshacerse en deflagraciones constantes de nausea y despreciar herencias tiránicas en favor de una nada tan tentadora. Ser el puente al espíritu libre o solo a otra oportunidad, despreciando la corrupción de la maquinaria roñosa. Ser espada o ser pluma; no ser. Aspirar a ser medio que sirve al fin mas digno de cuantos ha dado nuestra capacidad reflexiva. Batirse en guerra con un infinito de seres iguales que aspiran a ser clones, que comen por tres y son por tres tres veces mas de los que debieran, que agotan la naturaleza propia y ajena; un infinito de consumidores compulsivos nos roban la belleza y la esperanza.

El mundo se acaba, sera mejor practicarle una eutanasia.


(22 de Noviembre de 2008)

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