
Me he dado cuenta de que ningún cuadro en la sombra envejece por mi; acumulo frustraciones en una habitación oscura, mientras masco una posible venganza, un desquite.
Cada vez se acerca mas el día en que tenga que decidir entre echarle cojones o dejarme morir de asco. Pequeño, cada vez mas; triste e invalido, olvidado. Las balas no tienen voluntad y sirven al suicida y al héroe; al bueno y al malo. Ahora se tercia decidir hacia que lado disparar. Si he de abandonarme a la ventura, que sea la buena; tendré por destino mi voluntad, mi corazón por ideal y mi palabra como arma. Si es la mala... da igual, soy un superviviente.
(26 de Diciembre de 2008)

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