
En Valencia, todos los días arde algún coche, en las inmediaciones de Blasco Ibañez, donde compartía piso con tres italianos asquerosos (no todos lo italianos lo son, pero estos desde luego si) ardieron cerca de una docena en unos meses. Algunos queman su propio vehículo para cobrar el seguro, otros de estos trastos arden por el capricho (interesante por otra parte) de la alegre muchachada valenciana, hay de todo y es ya casi una seña de identidad de la pequeña metrópoli.
Pero cuanto mas bonito seria el asunto si siempre fuera espontáneo, si no se reunieran hienas de conocidas empresas de seguridad privada, a decidir como aumentar una inseguridad ficticia que les aporte dividendos. Mucho mejor seria si el ayuntamiento no controlase mediante estos "aleatorios" ataques a la propiedad el valor de un barrio entero, la presencia policial, etc.
Valencia, ayer me acordé de Valencia y me dio un escalofrío.
16 junio 2009

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